sábado, 12 de noviembre de 2011

ENAMORADOS DEL AMOR

Hace unos días, leí en un periódico de trascendencia nacional, un artículo que llamó mucho mi atención. El artículo trataba de una encuesta realizada a nivel nacional, sobre la edad cuando la mayoría de chicas pierden su virginidad. Dicha encuesta mostró que la gran mayoría perdió su virginidad entre los quince y dieciséis años. En cuanto las razones o circunstancias en que la perdieron, existe un denominador común, el amor. La gran mayoría alegaba que había tenido relaciones por primera vez por amor, pero curiosamente ya no seguían junto a esa persona.

En primer lugar, este artículo acaparó mi atención debido a mis orígenes, al provenir de Latinoamérica, en concreto Centroamérica, cual es una sociedad extremadamente cerrada y conservadora, en cuanto al tema del sexo. El sexo en Latinoamérica sigue siendo un tema tabú. No es un tema cual se maneje con frecuencia ni con tranquilidad. Si se realizara la misma encuesta en mi país, El Salvador, los resultados fueran ridículos, ya que en una sociedad con las características antes mencionadas, la gente en efecto tiene relaciones pero nadie lo comenta. Al ser preguntadas las chicas, alegarían que perderán su virginidad hasta el matrimonio, cuando en verdad la han perdido a los quince. Y al contrario, los hombres pueden alegar haber tenido relaciones a los quince cuando probablemente nunca han estado con una mujer. Me parece curiosa la gran diferencia entre la libertad que existe en cuanto el tema del sexo en el mundo continental y lo reprimido que es en Latinoamérica.

En segundo lugar me pareció curiosa, y en cierto punto graciosa las razones que alegaban las encuestadas al mencionar por qué habían tenido relaciones a esa edad; “por amor”. Me parece gracioso, que a los quince o dieciséis años una niña sepa realmente lo que es el amor. El amor es un sentimiento tan grande y complejo que difícilmente a una tan temprana edad, cuando una relación se basa en mensajes de texto y una que otra salida, como algunos las llaman “relación de manitas sudadas”, van realmente a saber qué es el amor y mucho menos estar enamorado.

Lo que realmente sucede, es que están confundidos, lo que sienten es una fuerte emoción por su pareja, un fuerte sentimiento de cariño y aprecio, pero difícilmente de amor. El problema es que están enamorados del amor. Al momento en que sienten una cierta conexión con otra persona, relacionan esa conexión con el amor. Y al igual que el sexo, el amor vende. Más que sobran las llamadas “chick flicks”, películas cursis en donde no falta un amor imposible, y en la cual una pareja lucha por estar junta, y después de pasar atrocidades y dejar todo en la vida, finalmente “triunfa el amor”.

Venden el amor como algo tan superficial, que existe a primera vista y que justifica cualquier hecho o acción, siempre que sea por amor. Esto conlleva a confundir e inculcar ideas erróneas, más que todo, en los preadolescentes, razón por la cual, muchos llegan a tener relaciones por primera vez antes de conocer cualquier método anticonceptivo.

Por otra parte, cabe mencionar, el otro lado de la moneda. El tener relaciones hasta el matrimonio. Esta situación es la que se encuentra de manera más frecuente en Latinoamérica. Es lo que la sociedad en teoría tiene inculcado; cosa que no es así en la práctica. Cada vez esta mentalidad se va perdiendo y sus razones son simples. Quienes desean guardarse hasta el matrimonio, es porque encuentran el sexo como la consumación del verdadero amor y lo quieren hacer con quién pasarán el resto de su vida. El problema es que en la actualidad, la institución del matrimonio está fuertemente estropeada. Pueden llegar a existir en un solo año más divorcios que casamientos. Hoy en día se tiene un contrato mucho más serio con las telefonías móviles, que con el cónyuge en el matrimonio, ya que con las telefonías se tiene como un mínimo de dieciocho meses de compromiso. El divorcio es tan frecuente en la actualidad que ha llegado a ser un negocio rentable (Estadísticas de divorcios en el año 2011 http://www.divorciodirect.com/estadisticas/). Esto hace que los adolecentes al ver tal situación modifiquen su manera de pensar: “Para qué guardarme toda mi vida para una sola persona, de la cual en un par de meses, lo más probable, es que vaya a terminar todo”. La perpetuidad del matrimonio se ha visto mermada, conllevando esto a un cambio de mentalidad en los adolecentes que hace que al momento en que sienten lo que creen que es amor por alguien, no dudan en consumar ese dis-que “amor”.

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